24 de julio de 2014



Los caminos del Inca, patrimonio de la 

humanidad y contribución al futuro


El Capac Ñan o red de caminos del estado Inca es un extraordinario sistema de comunicaciones de 30.000 kilómetros, que expresa la naturaleza social y económica del Tahuantinsuyo, muchas de cuyas instituciones forman parte del ideario político contemporáneo de América Latina

Humberto Podetti

La UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a la red de caminos del Inca, que une San Juan de Pastos en Colombia con Santiago de Chile, atravesando Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. El sistema se completa con las vías fluviales, también de muchos miles de kilómetros, que permitía a los incas navegar el Pacífico y hacia el Atlántico a través del sistema del Amazonas. Y por lo tanto comunicaban casi todo el territorio suramericano.

La red fue completada durante los 100 años en que Cusco fue la capital de América del Sur. Para ello los incas utilizaron los caminos trazados por muchas de las culturas andinas que, como la tiahuanaco, la mochica, la chimú o la huari, precedieron al Tahuantinsuyo, el estado universal inca.

Aún hoy es una obra asombrosa desde el punto de vista de la ingeniería. Pero su valor es aún mayor cuando se considera el modo en que fue construida y mantenida y cómo funcionaba en cuanto eje del sistema público de comunicaciones y transporte. Esos modos muestran el entramado social, político y económico del estado inca.


El Qhapaq Ñan en Perú

Su construcción implicó desarrollar puentes colgantes sobre hondonadas y quebradas profundas y ríos caudalosos, terraplenes en los pantanos, escaleras en las cumbres, pedraplenes en las laderas de las montañas, mojones en los desiertos y extensas pircas en los valles inundables. Los puentes eran construidos con gruesas sogas vegetales y pisos de totoras y barro capaces de sostener tropas de llamas y el paso simultáneo de muchas personas. Los terraplenes sobre pantanos implicaron formidables movimientos de suelo.  El camino alcanza su mayor altura entre Pachacamac, a nivel del mar, y Pariacaca, a 5.700 metros, y en muchos otros de sus tramos supera los 5.000 metros.

Pedraplenes en la precordillera

Escaleras

La red tenía en toda su extensión un sistema de tampus o tambos para el descanso, el abrigo y la alimentación de los viajeros. Estaban construidos aproximadamente cada 20 kilómetros, que era la distancia que podía recorrer en un día una llama con su carga completa (45 kilos). Los tambos incluían habitaciones para las personas, corrales para los animales y depósitos de leña y lana y de alimentos y agua. Los alimentos se conservaban mediante una técnica de deshidratación que permitía conservar tanto los vegetales (desde papas hasta algas marinas) como la carne (el charqui que aún usamos) durante largo tiempo. Los tambos constituían también una red de reservas alimentarias para períodos de crisis, derivados de situaciones climáticas o guerras. Los depósitos eran mantenidos siempre disponibles para los viajeros por la población más cercana, y el camino era reparado cuando era necesario del mismo modo, siempre como trabajo comunitario solidario y recíproco.

Tambo 

En cuanto a las vías fluviales, los incas eran excelentes navegantes tanto en el mar como en los ríos. Desarrollaron embarcaciones de diferentes tamaños y capacidades, movidas a remos y velas y manejadas con timones. Las más grandes podían transportar hasta 50 personas, con los alimentos y abrigos necesarios para navegaciones prolongadas. Eran buenos navegantes en el mar, de modo que el sistema vial y fluvial se completaba con numerosos rutas marítimas costeras. Estas naves pudieron navegar el Pacífico o el Atlántico y podían transportar más personas que las carabelas de Colón, que llevaban cada una entre 30 y 40 personas.

  Representación moche de embarcaciones navegando juntas

Este extenso y complejo sistema de transportes y comunicaciones de miles de kilómetros permitió el desarrollo de un eficaz sistema de comunicaciones mediante los chasquis, jóvenes entrenados especialmente para brindar ese servicio y que trasladaban los quipus, sistemas de hilos de diferentes colores con nudos que expresaban mensajes breves y registraban existencias o inventarios de alimentos o bienes, números de habitantes, etc. Llevaban un sombrero con un tocado de plumas blancas que los identificaban y portaban un instrumento de viento para anunciar su llegada a las poblaciones y solicitar el alistamiento del chasqui que continuaría el camino transportando el quipu. También hizo posible el desarrollo de los mitmacunas o énclaves, mediante los cuales miembros de un pueblo se instalaban en jurisdicción de otro pueblo para producir bienes que no era posible obtener en su territorio.



Chasqui con su sombrero con penacho
 de plumas blancas, caracol-trompeta y quipus

Los caminos, los tambos, los depósitos de alimentos y las embarcaciones se construyeron y mantuvieron mediante el sistema de la mita, que consistía en trabajo comunitario fundado en la solidaridad y la reciprocidad, y que implicó la participación de miles de personas de diferentes culturas y lenguas en un territorio extenso y diverso, a lo largo de un siglo.

Por consiguiente, si la ingeniería fue un ingrediente notable de la red, más aún lo fue el proceso de su construcción, mantenimiento y funcionamiento, que implicaron una aún más asombrosa red de solidaridad y reciprocidad que involucró directa o indirectamente a los más de 10 millones de habitantes del Tahuantinsuyo en el momento de su apogeo.

La naturaleza de las instituciones del Tahuantinsuyo originó muchas de las propuestas que el pensamiento latinoamericano ofrece al mundo para afrontar la crisis global contemporánea, de modo que el reconocimiento de la UNESCO honra nuestro pasado pero también nuestro futuro.

Baste recordar que las instituciones andinas de los mitmacunas o enclaves (que permitían la libre circulación y el establecimiento de personas en el territorio de cualquier pueblo para producir bienes o alimentos) y la que aseguraba la participación de todos, inclusive los miembros de otros pueblos, en la propiedad común, inspiraron la formulación del derecho de gentes de Francisco de Vitoria. Y ese derecho constituye el fundamento jurídico del clamor del Papa Francisco y del Cardenal O’Malley en la Isla de Lampedusa y en el Muro Sensenbrenner por los muertos latinoamericanos, africanos y asiáticos en las fronteras de EUU y Europa. Y también de su reclamo de permeabilizar las fronteras de ambos, permitiendo el libre ingreso de los migrantes.

También cabe recordar que la proposición de la comunidad organizada recogió las ideas andinas de la solidaridad y la reciprocidad como fundamentos de la organización de una sociedad justa, equitativa e integrada e inspiraron asimismo la idea del trabajo como fundamento de la dignidad humana.

Y que la minca (versión de la mita para los trabajos de carácter personal o familiar) sigue empleándose desde Colombia a Chiloé para la contribución de la pequeña comunidad en la construcción o mudanza de la vivienda de cualquier miembro o para algún trabajo que requiere más personas que los miembros de la familia.

El proyecto del estado continental industrial de América del Sur, en avanzado desarrollo desde la constitución de UNASUR, incluye muchas de las valiosas enseñanzas del tahuantinsuyo, como el Proyecto de la Red de Silos para la seguridad alimentaria, que financiará el Bacno del Sur y que retoma una de las funciones de los tambos del Qhapaq Ñan.









19 de julio de 2014




Alejandro Pandra: el sentido de una vida en el diálogo –ahora eterno-  con su pueblo y a través de él, con todos los pueblos del mundo

Humberto Podetti

Alejandro Pandra se encontró con el peronismo muy joven, en la búsqueda del sentido de su vida. En el seno de su familia había aprendido a amar a la patria y a su pueblo, expresado particularmente en los humildes, en los oprimidos, en los desheredados. Pero necesitaba encontrar el cauce para convertir ese amor en compromiso, en acción, en pensamiento. Y lo encontró en el seno de su pueblo. Luego de estudiar en el Colegio Nacional de Bueno Aires, decidió seguir su formación en una escuela singular. Sus aulas eran los hogares de los barrios de Buenos Aires. Allí tuvo cientos profesores de todas las edades, todas las historias y todos los rincones del dolido territorio argentino y americano. Las clases eran impartidas por Perón, desde su exilio de la Patria- mediante grabadores y se desarrollaban luego en un diálogo de los profesores con los alumnos.  El encuentro con Perón y con su pueblo, definió para siempre la causa a la que Alejandro dedicó su vida terrestre.

Alejandro, con la sonrisa con que recibía a todos

En esa escuela se conocieron con Josefina Lamicela y nació el amor, prolongado ahora en el reencuentro definitivo. Construyeron juntos un hogar, en cuyo seno nacieron sus hijas, Eleonora y Malena, “frutos maravilloso de un amor entrañable”, como dice Alejandro en la dedicatoria de su último libro Origen y destino de la Patria.

El regreso de Perón a la Patria, bajo la convocatoria para un argentino no hay nada mejor que otro argentino, le permitió reiterar en presencia del Fundador el compromiso con la construcción de la comunidad organizada, en Argentina y en América y también abrazar el sueño de una comunidad organizada universal.

Desde su hacerse peronista hasta el momento mismo de su partida, su militancia fue incansable y ejemplar. Pero siempre tuvo tiempo para la amistad con todos con quienes se encontró a lo largo de su vida.

Y también para escribir varios libros, con el mismo lema de ese órgano informal de la integración latinoamericana que fue su Agenda de Reflexión: no para dar por pensado sino para dar en qué pensar.

Entre sus obras, cabe recordar Génesis de la Nueva Civilización (1994) en la que analizó la grave crisis con la que culminó el Siglo XX pero particularmente mostró los muchos indicios y sentidos de la emergencia de una nueva civilización. Allí nos decía “….esta vida nos ha sido dada vacía y tenemos que llenarla, cada cual la suya….el autor del presente ensayo ha logrado llenarla encontrando un sentido, una causa noble y una misión particular para resolver la peculiar encrucijada que le tocó vivir, entre el Génesis y el Apocalipsis, bajo el régimen del Espíritu, y entre un origen y un destino. Y también sabe que para cada hombre guarda Dios un rayo nuevo de luz, el sol y un camino virgen”.

Y también El hombre de pie, así como Dios lo hizo, una reescritura americana, al estilo de Helio Jaguaribe del Retrato de un hombre de pie de Salvador de Madariaga, en el que convocó a América a pensarse a sí misma y al mundo: “el primer deber del hombre de pie es saber pensar por sí”.

Por fin, tal vez en un anuncio que no alcanzamos a descifrar cuando lo leímos por primera vez, nos dijo en su último libro, Origen y Destino de la Patria: “La patria es morada, amparo, hogar. Y también una sospecha que nos hace avanzar, no simplemente con nostalgia de retorno al seno maternal, sino hacia otra patria donde se tiene infancia y madre en la consistencia personal de nuestra libertad y nuestra historia. Sin patria, es decir, en un mundo sin sentido, el hombre carece de su libertad más originaria. Tenemos que ganarnos nuestra propia patria. Ella es nuestro patrimonio común, de tal suerte que cuando se la desconoce, se nos desconoce a todos; cuando se la veja, se nos veja a todos. Podremos sentirla inhóspita, pobre o injusta. Sin embargo, al concedérsenos una patria siempre somos fortalecidos. Y por el contrario, si carecemos de ella somos dañados para toda la vida. Quien ha perdido la patria en que ha nacido busca ganar una patria para morir. La formidable tumba de Lorenzo el magnífico, en Florencia, que los Médici encargaron a Miguel Ángel, tiene grabado un epitafio muy sabio: "Allí donde está la patria, está el verdadero reposo". Por eso, la historia de la patria es al mismo tiempo don y tarea, recepción de sentido y creación de sentido”. 

Alejandro fue desde siempre un militante de la Cultura del Encuentro, que practicó sin vacilaciones toda la vida. Abrazó con entusiasmo, desde su primera enunciación, el proyecto de un mundo poliédrico de Francisco, el Papa villero, el Papa cuyo sacerdocio fue, como su papado, una marcha hacia las periferias de la sociedad y a quien acompañó muchas veces.

Compartimos los sueños, la militancia, la amistad desde muy jóvenes. Casi toda la vida. Con él y otros compañeros y amigos, fundamos este Foro desde el que compartimos muchas iniciativas para la formación de un estado continental suramericano. En estos días trabajábamos juntos en la realización de las III Jornadas Alberto Metol Ferré, un viejo amigo de Alejandro.

La comunidad organizada universal, el mundo poliédrico, para cuya construcción sigue trabajando desde la patria celeste, llevará la huella de sus manos y el sonido de sus palabras. 


23 de abril de 2014




SE CREÓ LA CÁTEDRA LIBRE DE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR (BAHÍA BLANCA)

El lunes 28 de abril de 18 a 20 hs. tendrá su primera reunión en Colón 48, Aula 1, Bahía Blanca



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Bajo la inspiración, el proyecto y la dirección de Alejandro Larriera, se creó en la Universidad Nacional del Sur, la Cátedra Libre de Integración Latinoamericana. Es un nuevo y significativo aporte al proceso de integración del continente. 

Nuestro siglo asiste a la movilización global de los pueblos reclamando pertenecer a una comunidad organizada, profundizar la democracia y sujetar el mercado al poder democrático. Simultáneamente el proceso de reunificación política de nuestra América ha adquirido un desarrollo acelerado a partir del año 2000, confirmando lo que nos decía Alberto Methol Ferré: el siglo XXI nos verá unidos. Y el liderazgo espiritual global de Francisco está constituyendo una situación excepcional en el mundo, en beneficio de los pueblos, particularmente de los que más sufren la injusticia, la exclusión y la muerte.

Nuestros estados nacionales ya no tienen poder suficiente para decidir acerca de los desafíos centrales que enfrentan nuestros pueblos. La inclusión en la sociedad, la defensa, el narcotráfico, la trata de personas, el trabajo, la industria, los recursos naturales, la propiedad, la educación, el acceso y el desarrollo del conocimiento, la salud, el financiamiento, la seguridad, entre otras muchas cuestiones que nos interpelan en nuestra vida cotidiana, exigen políticas continentales. Y ellas son posibles solo mediante la formación de un estado confederal en América del Sur y, cuando sea posible, incluyendo a los restantes estados de América Latina.

La actividad de la nueva cátedra bajo la dirección de Alejandro Larriera contribuirá seguramente al desarrollo de una doctrina de la integración, de políticas continentales desde la perspectiva del pensamiento latinoamericano y a instalar la reunificación de América como objetivo de las organizaciones comunitarias, sindicales y empresarias, de las instituciones educativas, los partidos políticos y los medios de comunicación.






22 de abril de 2014


MIGRANTE ENTRE LOS MIGRANTES

El Cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston, ofició Misa en el ominoso muro Sensembrenner para denunciar, como Francisco en Lampedusa, la globalización de la indiferencia y rezar por los latinoamericanos que mueren en el desierto de Arizona tratando de ingresar a los Estados Unidos


La Misa ante el muro en Los Nogales, Arizona

La pregunta de Francisco en Lampedusa "¿quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas?" y su respuesta "quienes en el anonimato toman decisiones socio económicas que hacen posible dramas como éste" resonaron ante el muro que agravia los derechos humanos en la frontera entre el norte y el sur de América.


Las cruces en recuerdo de las víctimas de la política migratoria norteamericana 

«La frontera entre Estados Unidos y México es nuestra Lampedusa», dijo Mons. Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle, que acompañó a Mons. Sean O'Malley



Mons. O'Malley da la comunión a través del muro. En el ángulo las manos se extienden para recibirla

La Homilía de Mons. Sean O'Malley ante el muro Sensembrenner

«...Venimos a llorar al desierto de Arizona a los innumerbales migrantes que arriesgan sus vidas en manos de los “coyotes” y de las fuerzas de la naturaleza para venir a los Estados Unidos. Cada año se encuentran 400 cuerpos en la frontera, cuerpos de hombres, mujeres y niños que tratan de entrar a los Estados Unidos. Y estos solo son los cuerpos que son encontrados..... el año pasado alrededor de 25,000 niños, la mayor parte de Centroamérica, llegaron a los Estados Unidos sin la compañía de un adulto. Decenas de miles de familias separadas debido al diseño de la migración. Más de 10 millones de migrantes indocumentados están expuestos a la explotación y a la negación de los servicios humanos básicos, además de vivir constantemente en el miedo. Ellos contribuyen –subrayó O’Malley– a nuestra economía con su trabajo duro, a menudo aportando billones de dólares cada año para los fondos de seguridad social y de programas médicos a los que nunca tendrán acceso...."

"El Evangelio de hoy comienza con un doctor de la ley que está tratando de poner a prueba a Jesús. Él es un experto en leyes, pero siente hostilidad contra Jesús; parece ansioso por saber qué debe hacer para alcanzar la vida eterna, pero su verdadera intención es sorprender públicamente a Jesús en algo incorrecto. Jesús responde a su pregunta con otra: “¿Qué está escrito en la ley?”. Y el doctor de la ley le contesta cumplidamente, citando el mandamiento más importante: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo.
"Jesús dice: “Has contestado bien. Haz eso y vivirás”. El amor a Dios y el amor al prójimo son la clave para llevar una vida buena. Y la enseñanza más asombrosa del Evangelio es precisamente hasta qué punto el amor a Dios y el amor al prójimo están íntimamente relacionados entre sí. Pero el doctor de la ley queda un poco  avergonzado y por eso formula otra pregunta para parecer inteligente y sagaz. Y la pregunta es importante: “¿Quién es mi prójimo?” Esta magnífica pregunta ofrece a Jesús la oportunidad para regalarnos una de las parábolas más grandes del Nuevo Testamento, la parábola del Buen Samaritano.
"En los tiempos de Jesús el pueblo elegido no utilizaba nunca la expresión “buen samaritano”. Parecía contradictoria. ¿Cómo podía alguien ser samaritano y al mismo tiempo bueno? Los samaritanos eran despreciables, extranjeros, heréticos y excluidos. Y en cambio Jesús muestra que ese extranjero, ese samaritano, se convierte en el protagonista, en el héroe que salva a uno de los hijos legítimos de esa tierra, a quien no ayudan sus compatriotas o correligionarios, sino precisamente un extranjero, un extraño, un samaritano. ¿Quién es mi prójimo? Jesús ha cambiado los términos de la pregunta pasando del ámbito de la obligación legal (¿quién merece mi amor?) al ámbito de la donación (¿de quién puedo yo ser prójimo?). Y de esa manera el despreciable samaritano se convierte en ejemplo moral.
"Jesús nos está mostrando que el pueblo que pertenece a la comunidad de la alianza de Dios debe vivir un amor que no se detiene en la amistad o en la cercanía, sino un amor que tiene un respiro universal y no busca recompensas. La función de las parábolas puede ser instruir o provocar un shock. Esta parábola se propone sacudir la imaginación de la gente, para provocar, para desafiar. Los criterios acostrumbrados para determinar el valor de una persona se sustituyen por otros fundados en una atención desinteresada a las necesidades de los demás, cualquiera sea el lugar donde uno los encuentre. Hemos venido hoy aquí, al desierto, para estar próximos y para encontrar a nuestro prójimo en cada una de las personas que sufren y que arriesgan su vida y a veces la pierden en el desierto. El Papa Francisco nos alienta para que salgamos a las periferias a buscar a nuestro prójimo en los lugares de dolor y de oscuridad. Estamos aquí para descubrir nuestra identidad de hijos de Dios, que a su vez nos hace descubrir quién es nuestro prójimo, quién es nuestro hermano y nuestra hermana.
"Como nación de inmigrantes debemos sentirnos identificados con estos otros inmigrantes que tratan de entrar a nuestro país. Los Estados Unidos son una nación de inmigrantes. Aquí solamente los nativos americanos no han llegado de alguna otra parte. Entonces la Palabra de Dios hoy nos recuerda que Dios quiere  justicia para el huérfano y la viuda, y que Dios ama al extranjero, al extraño. Y nos recuerda que nosotros también fuimos extranjeros en Egipto. Debido a la carestía de la papa y a la opresión política mi gente llegó aquí desde Irlanda. Miles y miles de personas morían de hambre. En los barcos-cementerio que transportaban a los inmigrantes irlandeses, un tercio de los pasajeros morían de hambre. Los tiburones seguían los barcos esperando devorar los cuerpos que “sepultaban” en el mar. Sospecho que solamente los africanos que traían como esclavos en barcos tuvieron un viaje peor. Frank McCourt escribió un libro titulado The Irish and how they got that way. En una escena los inmigrantes irlandeses recuerdan: “Hemos venido a América porque pensábamos que las calles estaban empedradas en oro. Cuando llegamos descubrimos que las calles no sólo no estaban empedradas en oro, sino que ni siquiera estaban empedradas; y también descubrimos que nosotros éramos los que debían empedrarlas.

"El trabajo duro y el sacrificio de tantos inmigrantes es el secreto del éxito de este país. A pesar de la xenofobia que proclama una parte de la población, nuestros inmigrantes contribuyeron poderosamente a la economía y al bienestar de los Estados Unidos. Aquí, al desierto de Arizona, hemos venido a llorar los innumerables inmigrantes que arriesgan su vida en manos de los coyotes (los traficantes de personas, ndr) y de las fuerzas de la naturaleza, para venir a Estados Unidos. Todos los años aparecen 400 cadáveres aquí en la frontera, cuerpos de hombres, mujeres y niños que trataban de entrar a Estados Unidos. Y éstos son sólo los cuerpos que se han encontrado. Desde que cruzar la frontera se volvió cada vez más difícil, esta gente empezó a afrontar mayores riesgos  y mueren más personas.

"El año pasado aproximadamente 25 mil niños, la mayoría de Centroamérica, llegaron a Estados Unidos sin estar acompañados por algún adulto. Decenas de miles de familias han quedado dividadas por la legislación migratoria. Más de 10 millones de inmigrantes sin documentación están expuestos a la explotación y la imposibilidad de acceder a los servicios humanos esenciales, y viven constantemente acosados por el miedo. Contribuyen a nuestra economía con su duro trabajo, a menudo contribuyen con millone de dólares anuales a los fondos previsionales y los programas de asistencia sanitaria de los que nunca se verán beneficiados (…).
"Nuestro país ha obtenido beneficios de muchos grupos que tuvieron el coraje y la fuerza de venir a América. Vinieron huyendo de condiciones terribles y trayendo consigo el sueño de una vida mejor para sus hijos. Entre ellos había algunos de los más industriosos, ambiciosos y emprendedores ciudadanos de sus propios países y aportaron enormes energías y buena voluntad a su nuevo país. Su  trabajo duro y sus sacrificios hicieron grande esta nación. Muchas veces estos inmigrantes tuvieron que hacer frente a las sospechas y a la discriminación. De los irlandeses se decía “no necesitan pedir”; nuestra etnia y nuestra religión nos hacía indeseables. Pero lo mejor de América no es el espíritu santurrón y xenófobo de los “Know Nothings”, sino la generosa bienvenida del Nuevo Coloso, la mujer poderosa con una Torah en la mano, la Estatua de la Libertad, la Madre de los exiliados que proclama ante el mundo: “¡Guardaos tierras antiguas, vuestra pompa legendaria! (…) Dadme vuestros hijos exhaustos, vuestros pobres, vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad, el desamparado desecho de vuestras atiborradas playas. Enviadme a  los desposeídos, azotados por la tempestad. Yo levanto mi antorcha para iluminar la puerta dorada”. (Emma Lazarus).
Vigilemos para que esta antorcha siga ardiendo luminosa".

20 de marzo de 2014

CÁTEDRA LIBRE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA

Palabras pronunciadas por Humberto Podetti en el acto de apertura

Agradezco la presencia y las palabras del Ingeniero Arturo Somoza, con quien hemos compartido muchos años de trabajo incansable por la integración de nuestra América, desde que fue elegido Vicerrector de la Universidad Nacional de Cuyo hace más de diez años. Recuerdo muchas jornadas de trabajo común, como aquella con Alberto Methol Ferré, Helio Jaguaribe, Jorge Siles Salinas, Leonardo Jeff y otros compatriotas suramericanos, que culminó con la fundación del Instituto de Integración latinoamericana de la Universidad.  Ha sido profesor, Secretario de Asuntos Académicos y Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Cuyo, Vicerrector en dos períodos y también en dos períodos Rector de la Universidad, cargo que ejerce actualmente en forma simultánea con la Presidencia del Consejo Interuniversitario Nacional. El Ing. Somoza fue un activo participante de la Conferencia Regional de Educación Superior de Cartagena de Indias en 2008 en la que se establecieron las bases de un programa para la educación superior en América Latina y el Caribe, luego adoptado por la Conferencia de Paris de 2009 como el programa de la UNESCO. Desde entonces, Somoza ha consagrado sus esfuerzos a la integración de la enseñanza superior en América Latina y el Caribe y a la formación de una organización de educación superior que integre institucionalmente la CELAC.  

Agradezco también la presencia y las palabras del Embajador de la hermana República de Brasil. El Dr. Everton Viera Vargas, no sólo es un diplomático de brillante trayectoria sino también un intelectual notable. Se graduó en el Instituto Rio Branco de Itamaraty en 1977 y en el mismo año de Licenciado en Derecho en el Centro Universitario del Distrito Federal. En 1983 obtuvo el título de Magister en Relaciones Internacionales por la Universidad de Boston y en 2001 el de Doctor en Sociología summa cum laude por la Universidad de Brasilia. Su tesis de doctorado fue “Brasileñidad e Hispanidad. Percepciones recíprocas de Brasil y los países hispanoamericanos y sus representaciones en el pensamiento social brasileño e hispanoamericano”. El Dr. Everton Viera Vargas es un relevante estudioso del pensamiento latinoamericano y esperamos una larga cooperación con él desde la Cátedra que hoy inauguramos.

Agradezco por último al Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Santiago Aragón, que ha sido, además de Profesor y Decano, Concejal en el Partido de Lomas de Zamora y Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires, al Rector Dr. Diego Molea y a la Universidad Nacional de Lomas de Zamora por la sensibilidad que han demostrado para con la cuestión de la Integración latinoamericana al constituir la Cátedra que presentamos.

Distinguidos colegas, compañeros, amigos y compatriotas latinoamericanos:

Además de muchas otras novedades de muy diferente signo, estos primeros 13 años del siglo XXI han acumulado evidencia abrumadora acerca de que la escala del poder global ha sacado del juego a los viejos estados nacionales, salvo aquellos de dimensión continental. Aunque la mayoría de los dirigentes políticos, empresariales y sociales, de los profesores y científicos sociales, y de los periodistas no lo adviertan o advirtiéndolo lo silencian, la viabilidad de los estados nacionales no continentales ha concluido definitivamente.

La primera consecuencia, cada vez más perceptible, es la imposibilidad de formular políticas nacionales para afrontar los desafíos centrales propuestos a nuestros pueblos si no son parte de políticas continentales. La inclusión en la sociedad, la defensa, el narcotráfico y la trata de personas, el trabajo, la industria, los recursos naturales, la propiedad, la educación, el conocimiento, la salud, el financiamiento, la seguridad, entre otras muchas cuestiones que nos interpelan en nuestra vida cotidiana, no admiten políticas nacionales si no como parte de políticas continentales.
El dilema de hierro de los países latinoamericanos y caribeños es entonces: afirmar que no importa tener poder en el mundo ni resolver los acuciantes problemas que sufren nuestros pueblos o construir un estado continental, participar en el sistema global que se está desplegando y comenzar a resolver los problemas que nos aquejan.
Luego de los retrocesos de la segunda mitad del siglo pasado –que ahogaron los proyectos de Andrés Bello, del ABC de Río Branco y de los Estados Unidos de América del Sur de Perón y Getulio Vargas- este siglo ha visto la recuperación de los proyectos de integración continental. Por ello Enrique Iglesias calificó de década prodigiosa el inicio del siglo XXI para América Latina. Con diferentes velocidades derivadas de su situación geográfica y sus acuerdos económicos, América del Sur ha constituido UNASUR y con las restantes naciones de América Latina y el Caribe, la CELAC.
Uno de los frutos más claros de esa nueva situación es la creciente implicación de América Latina y el Caribe en diversas áreas y organismos internacionales. Las Conferencias Regional y Mundial sobre Educación Superior (UNESCO, Cartagena de Indias 2008 y París 2009), sostuvieron el criterio latinoamericano del acceso universal a la educación pública y gratuita como derecho humano y social y no como un bien sujeto a la oferta y la demanda del mercado, lo que luego impuso en la UNESCO con el apoyo de Asia y África. La FAO, con nuestro compatriota brasileño Graziano da Silva como Director General impulsa una política eficiente para acabar con  el escándalo del hambre en un mundo opulento, siguiendo el excelente programa hambre cero que él mismo dirigió en el gobierno de Lula. La Organización Mundial del Comercio con otro compatriota como Presidente, Roberto Azevedo, también brasileño, acaso abra por fin la posibilidad de considerar al comercio justo e igualitario entre las naciones y entre las corporaciones globales y las empresas de escala humana, como el verdadero comercio libre.

La riqueza y el humanismo popular del pensamiento latinoamericano se expresaron en 2012 en varias oportunidades en las organizaciones internacionales, como las votaciones en la Cumbre de Presidentes y Jefes de Gobierno de la OEA en Cartagena de Indias, exigiendo el reingreso de Cuba al sistema interamericano y el reconocimiento de la soberanía argentina en Malvinas, en la reunión de Ministros de Defensa del TIAR en Punta del Este reconociendo nuevamente la soberanía argentina en Malvinas o en los casos del derrocamiento del presidente Lugo en Paraguay y el respeto de la inmunidad de la Embajada de Ecuador en Londres o en la Asamblea General de Naciones Unidas en la elección de Venezuela, Brasil y Argentina para integrar el Comité de Derechos Humanos en representación de América Latina y el Caribe o en el reconocimiento de Palestina como estado observador. La adopción de políticas globales comunes por América Latina y el Caribe se ha expresado también en la Organización Mundial de la Salud, y el G20. De este modo, nuestra América comienza a ser percibida como un proceso de unificación política, incrementando su capacidad de negociación global.
La elección de Francisco, que ha puesto por primera vez en la historia al frente de la Iglesia Católica a un latinoamericano, ha originado que muchos analistas señalen que tal vez la Iglesia ha comenzado a dejar de ser euro céntrica  para comenzar a ser universo céntrica. Y constituye otra señal de profunda significación acerca de un cambio en el escenario global que llega al mundo desde nuestra América, la que habla castellano y portugués. Tal vez uno de los significados de esa “latinoamericanización” incipiente del escenario global pueda advertirse en la decisiva acción de Francisco para evitar la intervención militar de EEUU en la guerra civil siria, probablemente ayudando a Obama a escapar de una acción concertada del tea party y el complejo militar-industrial norteamericano. Francisco convocó primero a los pueblos del mundo a que oraran por la paz y provocó concentraciones multitudinarias de todas las culturas y religiones alrededor del globo. Seguramente las movilizaciones más numerosas de la historia del mundo y las primeras globales y simultáneas. Recién luego se dirigió a los gobernantes de esos pueblos.

También se han producido avances en la paulatina formación de una confederación de naciones soberanas. El desarrollo institucional de UNASUR, y el funcionamiento regular de sus Consejos, futuros ministerios del estado confederal continental y la consolidación de la CELAC como organización política de naciones soberanas que se expresa unificadamente en el mundo, asimismo señalan el compromiso de todo el continente –independientemente de la orientación política de los gobiernos- en la formación de una nueva organización continental. En este sentido ha sido un poderoso símbolo la entrega de la Presidencia de la CELAC por parte del Presidente de Chile, Sebastián Piñera, al Presidente de Cuba, Raúl Castro, al concluir la cumbre CELAC –Unión Europea en diciembre del año pasado.

También la decisión anunciada en 2012 por dirigentes de UNASUR de la convergencia de la CAN y el MERCOSUR en UNASUR es un avance significativo hacia la unión política continental, cuyo primer paso acaba de concretar la CAN al anunciar la disolución de su Parlamento para reunir en un solo parlamento, el de UNASUR, la representación de nuestros pueblos. El MERCOSUR debe seguir el ejemplo, disolviendo también su Parlamento y proponiendo reunir los Tribunales de la CAN y el MERCOSUR en un solo Tribunal Superior de América del Sur.

La creación de una organización política supranacional fue el eje de discursos y mensajes de muchos dirigentes de UNASUR, como Alí Rodríguez (Venezuela), Pepe Mujica (Uruguay), Marco Aurelio García (Brasil), María Emma Mejía (Colombia) y Ollanta Humala (Perú). La síntesis más terminante fueron las palabras del Canciller de Perú, Rafael Roncagliolo: “UNASUR y CELAC constituyen el camino para alcanzar en el futuro unos Estados Unidos Latinoamericanos”.

Por otra parte, los latinoamericanos tenemos hoy presencia en el continente de polo a polo, porque los mexicanos iniciaron el regreso a su tierra natal más allá del Río Grande y allí se multiplicaron. Son patriotas norteamericanos pero hablan castellano y conservan su cultura. Consecuencias directas de ese proceso fueron el discurso de apertura de Julián Castro, joven alcalde de San Antonio, en la Convención Demócrata de 2012 y la elección esta semana de Bill de Blasio como Alcalde de Nueva York. Julián Castro dijo en su keynote speech de 2012 que el patriota que inspiraba su acción política era su madre, inmigrante ilegal dos veces expulsada de EEUU, empleada del servicio doméstico y líder del movimiento ‘hispano’. Quien había pronunciado ese discurso de apertura en la Convención Demócrata de 2004 había sido Barack Obama y los patriotas que invocó entonces fueron Washington, Jefferson, Lincoln y Martin Luther King. ¿Puede Julián Castro suceder a Obama? El triunfo de Bill de Blasio por amplio margen en su elección como alcalde de Nueva York,  es un indicio, aunque acaso sólo eso, de que es posible. De Blasio es un demócrata que explica que su pensamiento se inspira en el new deal y en la teología de su amigo Gustavo Gutiérrez –el mismo que hace poco concelebró la Misa en Santa Marta con Francisco-. Es un latinoamericanista, que habla castellano fluidamente y es también amigo del nicaragüense Sergio Ramírez que acaba de pronunciar una magnífica Conferencia de Apertura en el Congreso de la Lengua celebrado en hace pocos días en Panamá. 

Sin embargo y pese a todas esas buenas noticias, seguimos enfrentando obstáculos importantes en el avance hacia la formación de un estado continental industrial como el que proyectaron Perón y Getulio e impulsó Alberto Methol Ferré, uno de los padres fundadores de UNASUR, siguiendo el pensamiento de esos dos grandes líderes del siglo XX.

Entre muchos obstáculos y problemas menciono unos pocos que son suficientemente significativos y diversos.

Tal vez el más grave, el narcotráfico y la trata de personas, que enfrentamos o decimos enfrentar  con políticas y acciones nacionales, absolutamente insuficientes, a conciencia que se trata de organizaciones delictivas transnacionales y enormemente poderosas que sólo pueden ser combatidas con políticas y acciones continentales.

Pese a la eficacia demostrada por nuestros organismos suramericanos para resolver conflictos, como fue el caso de la grave crisis entre Venezuela y Colombia, que concluyó no sólo con la resolución del diferendo sino también con la Secretaría General de UNASUR compartida por María Emma Mejía de Colombia y Alí Rodríguez de Venezuela, seguimos tropezando con la recurrencia a tribunales no latinoamericanos para resolver conflictos entre nosotros, como es el caso de Argentina y Uruguay por Botnia o el de la salida al mar de Bolivia. De algún modo es como si recurriéramos a la Corte Suprema de Japón para resolver un diferendo entre nuestras provincias de Mendoza y San Juan.

También continuamos disintiendo respecto de si es comercio libre el comercio entre naciones y corporaciones con desigual capacidad de negociación o, por el contrario, el comercio libre requiere de partes de poder semejante y un Tribunal Internacional que reconstituya la equidad en los intercambios cuando haya habido abuso del mayor poder de negociación por parte de uno de contratantes.

Y seguimos enfrentando dificultades energéticas cuando la integración eléctrica regional sólo depende de decisiones políticas y permitiría compartir la generación hidroeléctrica a contra estación de las grandes cuencas sudamericanas.

También  continuamos manteniendo las fronteras interiores de América del Sur para la circulación de personas y familias, paso necesario e imprescindible para la resolución de numerosos problemas de desarrollo y realización personal, familiar y social y de construcción de ciudadanía suramericana.

Tampoco hemos puesto en práctica el Protocolo del Mercosur que permite la formación de empresas bi o multinacionales, ahora extensible a UNASUR, que permitiría a muchas pequeñas y medianas empresas adquirir escala continental.

Por ello es urgente instalar en los programas de todos los partidos políticos de América la cuestión de la integración y de las políticas continentales, comenzando a llevar a cabo el programa de San Martín expresado en una de sus cartas a Guido: no soy de ningún partido, soy del partido americano o el de Bolívar luego de la convocatoria al Congreso de Panamá, señalando la urgencia del pacto americano, seguramente compartido por José Bonifacio de Andrade e Silva, el padre de la independencia de Brasil, por Francisco de Bilbao y Andrés Bello, por José de Artigas y por todos los patriotas suramericanos.

Y también incorporar la enseñanza de la historia, la cultura, el pensamiento latinoamericano y de la integración en todas las currículas de enseñanza desde los primeros niveles hasta las de post graduación universitaria.

E instalar en las agendas y programas de nuestros periodistas, académicos, científicos sociales, economistas y sobre todo de los jóvenes, la integración como eje central de nuestra mirada al futuro.

Esbozo finalmente unos pocos grandes pasos imprescindibles en el futuro inmediato, entre otros muchos que están en desarrollo o que deben iniciarse.

En primer lugar, fortalecer la alianza profunda de Argentina y Brasil como núcleo de aglutinación de UNASUR, tal como lo pensaron y comenzaron a ejecutar Perón y Getulio y como lo reiteró Alberto Methol Ferré. Y como acaba de expresarlo testimonialmente el Papa Francisco cuando ni bien elegido salió a ser bendecido y bendecir a su pueblo reunido en la Plaza San Pedro, junto con su amigo y compatriota, el Cardenal brasileño Claudio Hummes. 

Esa alianza debe consolidarse al servicio y con el activo y decisivo protagonismo de cada una de las naciones de nuestro continente. Esto hará irreversible el proceso de formación de un estado continental industrial suramericano, y recuperará definitivamente esos otros dos momentos de nuestra historia en los que América del Sur fue un solo estado: cuando el Cusco fue capital del Imperio Inca durante un siglo en el período pre universal y cuando Asunción fue la capital de América del Sur durante algo más de medio siglo en el período indiano.

En segundo lugar, apoyarnos e inspirarnos en el pensamiento latinoamericano, original, transformador y mestizo, que nació cuando otro Francisco, Francisco de Vitoria también revolucionó el mundo, e indignado y conmovido ante la ejecución de Atahualpa por Pizarro, alzó su voz para condenar el magnicidio y negarle toda legitimidad a los poderes globales de entonces para usurpar la soberanía de los pueblos de América o juzgar, condenar y ejecutar a sus reyes. Desde entonces nuestro pensamiento se adelantó siempre al pensamiento europeo en cuestiones esenciales para la realización del hombre, como la proclamación del derecho a la vida y del conjunto de los derechos humanos, el derecho a pertenecer a una comunidad organizada, la soberanía como atributo del pueblo y no de sus representantes, la condena de la esclavitud y de cualquier forma de opresión del hombre o de la mujer, la comunidad universal como comunidad de naciones y pueblos soberanos cualquiera sea su cultura, su raza o su religión o el derecho de todos los hombres y mujeres a establecerse, trabajar, formar una familia en cualquier nación del mundo que elijan, quinientos años antes que se produjese la tragedia africana en las costas europeas o la tragedia latinoamericana a ambos lados del ominoso muro Sensembrener.

Bernardino de Sahagún y José de Anchieta continuaron en América las enseñanzas de Vitoria e iniciaron caminos hacia el corazón de América desde las costas del golfo de México y desde las del nordeste brasileño, alfabetizando el náhuatl y el tupí guaraní e iniciando simultáneamente la conversión del castellano y el portugués en lenguas americanas, capaces de albergar toda la riqueza y los sentidos de las grandes culturas americanas pre universales y el alma de las lenguas de esas culturas como proclamó el gran escritor peruano José María Arguedas en 1950 al abandonar su quechua materno para escribir sus novelas andinas en el castellano de Güiraldes y Vallejos.

La saga ha llegado a nuestros días mediante extraordinarios pensadores, como José Vasconcelos, José Enrique Rodó, Francisco García Calderón, Fernando Ortiz, Manuel Ugarte, Darcy Ribeiro, Raúl Scalabrini Ortiz, Víctor Andrés Belaúnde, Celso Furtado. Miguel Rojas Mix, Rufino Blanco Fombona, René Depestre, Helio Jaguaribe o Alberto Methol Ferré.

Y en tercer lugar, levantando todas las fronteras interiores de América del Sur a las personas nacidas o que viven en cualquiera de nuestras naciones, antesala de una ciudadanía única sudamericana y, en el futuro, latinoamericana y caribeña.

En abril de 2013, en un Seminario sobre el papel de la sociedad civil, y refiriéndose a la imprescindible reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, nuestro compatriota Everton Vieira Vargas, que nos honra con su presencia esta noche, se preguntaba “¿por qué, en un proceso con implicaciones potenciales tan grandes para la gobernanza global, la sociedad civil guarda silencio?”

Quiero concluir entonces formulándome, formulándonos, una pregunta semejante a todos los que estamos hoy aquí, académicos, docentes, alumnos, sacerdotes, dirigentes y militantes políticos, económicos, sociales, diplomáticos, ¿podemos permanecer indiferentes ante una crisis global que ha convertido en muertos civiles a un tercio de la población del mundo, ante los africanos que mueren frente a las costas de Lampedusa o de los latinoamericanos que mueren a un lado u otro del muro Sensembrenner? ¿No tiene nuestra América, la que habla castellano y portugués, muchas soluciones que proponer al mundo para que el mundo pueda cerrar la terrible brecha humanista de sus centros mientras nosotros saltamos la brecha científica y tecnológica sin renunciar a nuestro humanismo popular? ¿No es posible pensar un mundo poliédrico, como propone Francisco, en un escenario global multipolar?

La respuesta a estas preguntas y muchas otras que nos formulamos al enfrentar los problemas cotidianos de la falta de seguridad, de la fragilidad de nuestros trabajos, de las dificultades de nuestras empresas, de la reducción constante de nuestra soberanía, sólo tiene respuesta en la integración de nuestras naciones, en comprender y practicar que somos tan argentinos como uruguayos, brasileños, chilenos, peruanos, paraguayos, bolivianos, venezolanos, colombianos, ecuatorianos, cubanos, paraguayos, ‘hispanos’ o mexicanos, es decir, que todos los americanos y caribeños somos compatriotas. De encarnar esa pertenencia a una patria común está hecho el futuro.