Nuestra definición

"Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra".                                                                                    

                                                        José Martí. Nuestra América.

Abrimos un nuevo espacio, con el propósito y la esperanza que contribuya a la realización del proyecto de nuestros pueblos: una América reunida, solidaria, en diálogo abierto e igualitario con el mundo.

Los trabajos, informaciones y crónicas que subamos tratarán de expresar lo que hacen, sienten y piensan los suramericanos de todas las latitudes, las instituciones comunitarias de nuestra América y las organizaciones sociales y políticas de nuestro continente.

De este modo aspiramos a participar en la proposición de un futuro pensado en común, frente a un mundo que se desenvuelve en el marco del mercado global, en el que el hombre ya convertido en objeto, es ahora también producto. La sociedad humana se divide en una pequeña minoría de incluidos y una inmensa mayoría de excluidos, el conocimiento ha sido apartado de la búsqueda de la verdad y empeñado exclusivamente en la persecución urgente de las utilidades, las diversas culturas humanas han sido puestas en duda por un pensamiento único y raquítico, la naturaleza es agredida como nunca antes en la historia humana y cualquier normatividad  es despreciada e incumplida, en particular la normatividad ética, lo que reduce crecientemente la libertad y la responsabilidad.

Pensar un futuro es proponer la construcción de sociedades en las que el poder resida realmente en los pueblos.

Y proponer un futuro para nuestra América es pensar y realizar la integración. Porque la dimensión de la crisis, como así el poder, movilidad y presencia global de sus agentes hace impensable la posibilidad de superarla sin la formación de bloques regionales, capaces de construir nuevos espacios de sentido personal y social. Ese fue, precisamente, el proyecto del movimiento de la Independencia hace dos siglos, aún inconcluso: la formación de un estado continental, tan soberano como fuese posible, que albergara una sociedad integrada y justa. Como proyecto americano - ni indígena, ni español, ni portugués, ni africano - fue la primera articulación política continental del pueblo nuevo.

La preocupación por el desarrollo de las instituciones de UNASUR, con sus raíces en nuestra historia y el objetivo en un orden político, económico y social en el que reine la justicia y permita la realización del hombre en una sociedad integrada, forman el horizonte, lejano pero intuido.

La participación en la elaboración de políticas públicas suramericanas estará permanentemente presente en el contenido de este nuevo espacio: una política institucional que favorezca el transito hacia una democracia fuerte con plena participación ciudadana y de las organizaciones sociales, con un concepto de ciudadanía que supere los marcos estrechos de la participación en un estado que ya no retiene la soberanía total; una política cultural y educativa que respete la libertad de los hombres conciente de su destino trascendente, que salvaguarde la diversidad cultural, desarrolle y retenga el conocimiento y reconstruya la historia común fragmentada; una política social capaz de integrar internamente y establecer la justicia social; una política productiva y de infraestructura, esencialmente preocupada por la generación de trabajo digno, la preservación de la naturaleza y que sus beneficios se distribuyan homogéneamente y una política internacional cuyo objeto sea incrementar la capacidad de decisión interna y externa de sus órganos y de los estados parte, de modo de incrementar nuestro poder de defensa y negociación en el mundo, asociándonos con los muchos otros pueblos, naciones y bloques, que hoy persiguen los mismos fines.

FORO SAN MARTÍN