25 de junio de 2013

Dilma dio otro claro mensaje de América Latina al mundo


EN UN PRONUNCIAMIENTO MEMORABLE, LA PRESIDENTA DE BRASIL Y UNA DE LAS LÍDERES DE UNASUR, MOSTRÓ AL MUNDO QUE LA VERDADERA DEMOCRACIA ESCUCHA A LOS PUEBLOS CUANDO SE MOVILIZAN

En su respuesta a las multitudes movilizadas, Dilma convocó a una amplia reforma política con participación popular, para profundizar la democracia y transformar las instituciones. El objetivo es hacerlas permeables a la energía y la creatividad popular, a la apuesta al futuro de los jóvenes movilizados y a su capacidad de cuestionar errores del pasado y del presente.
Luego se reunió con los dirigentes del Movimiento Pase Libre y con Gobernadores y Alcaldes. Anuncio un plebiscito para incorporar las reformas políticas a la Constitución y una ley estableciendo a la corrupción como crimen repugnante

Humberto Podetti ( Foro San Martín)

Dilma dando su mensaje

En los últimos diez años Brasil ha avanzado hacia un futuro promisorio, industrializando sus materias primas y alimentos y haciendo propietarios a 30 millones de personas que vivían en la pobreza. Algo semejante a lo que fue la Argentina de 1954. Simultáneamente dio pasos decisivos en el proceso de integración latinoamericana, inspirando la constitución de UNASUR –cuyo horizonte es la formación de un estado continental industrial sudamericano socialmente justo- y la CELAC, que reúne a todos los estados de América Latina y el Caribe y se propone incluir al Movimiento Hispano de los EEUU. También algo que recuerda al proyecto de los Estados Unidos de América del Sur, desplegado desde Argentina y Brasil entre 1950 y 1955.
Faltan aún muchas transformaciones por hacer, en Brasil y en América del Sur, continuando las políticas de estado brasileñas –y de cada estado sudamericano- y continentales. Estas políticas tienen muchos opositores, dentro y fuera de Brasil y de América del Sur, que se han transformado en activos agentes de presión. China quiere seguir llevándose de Brasil –como de toda América latina- materias primas y alimentos sin industrializar, como insumos para sus propias industrias. Como Brasil desarrolla políticas opuestas a esos fines, China adquiere tierras y yacimientos para producirlas ella misma en Brasil. Y, a lo sumo, instala empresas chinas en Brasil para su procesamiento. EEUU renueva su proyecto del ALCA, en su propuesta de incorporar la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) a la Alianza Transpacífica (EEUU, Japón y Asia del Pacífico sin China), es decir presiona para sostener el comercio desigual que nos condena a la producción de materias primas y alimentos (o, lo que es aún peor, a que las grandes corporaciones y China los produzcan en nuestros territorios). A un mismo tiempo limita y condiciona el acceso al financiamiento para frenar la industrialización de Brasil y de América del Sur. 
Esa situación ha influido en el escenario económico interno de Brasil –y de toda América del Sur-, al disminuir fuertemente el ritmo de crecimiento y simultáneamente el de traslado de los beneficios económicos al conjunto de la población. También las presiones han impulsado algunas concesiones del gobierno brasileño a las políticas del mercado, acentuando la visibilidad de las transformaciones pendientes. 

La foto de Dilma presa de la dictadura militar brasileña y la invitación que Dilma respondió
En ese marco, luego de una convocatoria para protestar contra el aumento del transporte del Movimiento Pase Libre –nacido del Foro de San Pablo, integrado principalmente por jóvenes y que reclama transporte público gratuito-, se produjeron multitudinarias manifestaciones en las ciudades más importantes de Brasil. Desde el comienzo, el Partido de los Trabajadores –fundado por Lula y Dilma- participó en las movilizaciones, convocado por su Secretario General. En San Pablo, algunos grupos silbaron e insultaron a los militantes del PT. El Movimiento Pase Libre emitió un comunicado: “El MPL es un movimiento social apartidista y no antipartidista. Repudiamos los actos de violencia que se emplearon con algunas organizaciones de la misma manera que repudiamos la violencia policial. Desde las primeras protestas esas organizaciones formaron parte de la movilización. Es oportunismo intentar excluirlas de la lucha que construimos juntos”.
En el mismo sentido, dirigentes del PT respondieron afirmaciones de la prensa brasileña, sosteniendo que “un país con los jóvenes en la calle no es un país sin control, sino un país en el que el pueblo se expresa y participa”. También denunciaron a grupos de izquierda y de derecha y delincuentes ligados al narcotráfico que cometieron desmanes y atacaron a los manifestantes.
El Comité Organizador de las Jornadas Mundiales de la Juventud que se realizarán del 22 al 28 de Julio próximos en Brasil, con la presencia del Papa Francisco –el primer papa latinoamericano de la historia que ha revolucionado la Iglesia y el mundo en sus primeros 100 días de pontificado-  también respondió a la prensa, que ponía en duda la celebración de las Jornadas, ratificando que se llevarían a cabo. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil confirmó asimismo la realización de las Jornadas, en la que se espera la participación de dos millones de personas. 

Dilma y Francisco en el inicio de la reunión que mantuvieron en el Vaticano

Por fin, acentuando la naturaleza y dirección del proceso iniciado, Dilma respondió a los brasileños movilizados en las calles de sus ciudades y pueblos, mediante un claro  pronunciamiento: 

“…como Presidenta tengo la obligación tanto de oír la voz de las calles como de dialogar con los que se movilizaron, todo dentro del primado de la ley y el orden, indispensables para la democracia. Brasil luchó mucho para retornar a la democracia y también está luchando mucho para tornarse un país más justo. No fue fácil llegar adonde estamos ni tampoco es fácil llegar adonde desean muchos de los que salieron a las calles. Pero tornaremos eso en realidad si fortalecemos la democracia.… 
“…El mensaje de las calles es pacífico y democrático…los manifestantes tienen el derecho y la libertad de cuestionar todo, de proponer o de exigir cambios para mejorar la calidad de vida, de defender con pasión sus ideas y propuestas, y lo han hecho de forma pacífica. La sociedad y el gobierno no pueden aceptar que una minoría violenta dañe bienes públicos y privados en nuestros principales centros urbanos. Esa violencia de una pequeña minoría no puede manchar un movimiento pacífico y democrático… Con equilibro y prudencia pero con firmeza vamos a garantizar la libertad y el derecho de todos. No podemos convivir con esa violencia que avergüenza a Brasil… 
“…Las manifestaciones de esta semana trajeron importantes lecciones: las tarifas bajaron, los manifestantes ganaron prioridad nacional; tenemos que aprovechar el poder de estas manifestaciones para producir más cambios para beneficiar a toda la población brasileña. Nuestra generación luchó mucho para que la voz de las calles fuese oída…. Esa voz nuevamente necesita ser oída y respetada y no debe ser confundida con la violencia y el vandalismo de otras personas… El mensaje directo de las calles es pacífico y democrático: reivindica un combate sistemático contra la corrupción y el desvío de los fondos públicos, servicios públicos de más calidad, mejor salud, mejor educación, un transporte público mejor y precios justos, más seguridad


Lula y Dilma en un seminario del Instituto Lula en San Pablo del PT en enero de 2013

“…El pueblo quiere más y para dar más las instituciones y los gobiernos deben cambiar… Voy a convocar a los gobernadores e intendentes para hacer un gran pacto en torno a la mejora de los servicios públicos. El primer objetivo será un Plan Nacional de Movilidad Urbana que privilegie el transporte colectivo. En segundo lugar vamos a destinar el 100 % de los recursos del petróleo a la educación y traeremos millares de médicos para mejorar el sistema de salud. Anuncio que voy a recibir a los líderes de las manifestaciones, los representantes de las organizaciones de jóvenes, de los sindicatos, de las asociaciones populares. Necesitamos de sus contribuciones, de sus reflexiones, de sus experiencias, de su energía y su creatividad, de su apuesta al futuro y de su capacidad de cuestionar errores del pasado y del presente. Necesitamos oxigenar nuestro sistema político, encontrar mecanismos que hagan nuestras instituciones más transparentes, más resistentes a los errores y, sobre todo, más permeables a las necesidades de la sociedad. 
“…Quiero contribuir a una amplia reforma política que implique la participación popular. Es un equívoco pretender que cualquier país pueda prescindir de partidos y sobre todo del voto popular, base de cualquier proceso democrático. Tenemos que hacer el esfuerzo para que el ciudadano tenga mecanismos de control más eficaces sobre sus representantes. Pero sobre todo necesitamos formas más eficaces de combate a la corrupción. Debe ser ampliada la Ley de Acceso a la Información para todos los poderes de la República y las instancias federales…Es un poderoso instrumento para fiscalizar destino de los fondos públicos y combatir la corrupción… En cuanto a la Copa del Mundo es fruto de una financiación que será debidamente pagada por las empresas y países que han requerido la modernización de los estadios. Jamás permitiría que esos fondos saliesen del presupuesto federal sacrificando sectores prioritarios de educación o salud… El futbol y el deporte son símbolos de convivencia pacífica de los pueblos…Brasil único país que participó en todas las Copas, que ganó cinco veces, siempre fue muy bien recibido en todas partes. Precisamos dar a nuestros pueblos hermanos la misma acogida, generosa que recibimos de ellos. Respeto, cariño y alegría,  así es como debemos tratar a nuestros invitados. Quiero repetir que mi gobierno está oyendo las voces democráticas que piden cambios pacífica y democráticamente y que los llevaremos adelante…”
Luego convocó a los líderes del Movimiento Pase Libre para iniciar un diálogo acerca de los cambios necesarios en las políticas de transporte público, salud, educación, seguridad y corrupción y respecto de la profundización de la democracia y la permeabilización de las instituciones para que puedan estar próximas a la gente y entender sus necesidades.  

Dilma reunida con los líderes del Movimiento Pase Libre

También convocó a los Gobernadores de los Estados y a los Alcaldes de las ciudades para abordar las formas de responder los reclamos del pueblo movilizado.
Como resultado de ambas reuniones –que continuarán- anunció la convocatoria a un Plebiscito para proponer una amplia reforma de la parte política de la Constitución Federal.
 “…Las calles nos están diciendo que quieren que el ciudadano y no el poder económico esté en primer lugar…La energía que viene de las calles es mayor que cualquier obstáculo. No tenemos que quedarnos inertes, incómodos o divididos. Por eso traigo propuestas concretas y la disposición para que discutamos al menos cinco pactos: fiscal, de sanidad, transporte, educación y sobre la reforma política…Brasil ya está maduro para avanzar….”
El Siglo XXI es ya el siglo de las grandes movilizaciones populares en todos los rincones del mundo, alzándose contra el sistema económico-político que ha llevado a la humanidad a convertirse en la sociedad de la catástrofe. Pero hasta ahora los pueblos movilizados –de los estudiantes chilenos a occupy wall street, de las puebladas chinas a los indignados europeos- no habían sido escuchados. Uno de los objetivos del Consenso del Cusco es la profundización de la democracia, que el poder sea ejercido cada vez más por los pueblos y no por sus representantes, que deben subordinarse a los mandatos populares. Dilma está iniciando desde nuestra América, un camino nuevo, dentro del mandato del Consenso del Cusco. 

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