20 de septiembre de 2013

La paulatina emergencia de un mundo multipolar

La firme actitud de Dilma ante la ausencia de una seria investigación del espionaje ilegal norteamericano culmina un mes de septiembre en el que el mundo –y su propio pueblo- le dieron claros mensajes a EEUU para que abandone su pretensión de liderazgo global con sus actuales políticas

Humberto Podetti (Foro San Martín)


Dilma en la cumbre CELAC-UE en Santiago de Chile

El retroceso de EEUU en la decisión de intervenir militarmente en Siria luego de la vigilia universal de oración por la paz convocada por Francisco y la iniciativa de Putin, exteriorizó un proceso global que viene gestándose desde comienzos del siglo. La culminación del siglo XX como el peor de la historia de la humanidad originó protestas de todos los pueblos de la tierra reclamando un nuevo sistema global más justo y más humanista. Y en distintas regiones los alzamientos comenzaron a provocar transformaciones. Una de ellas fue América Latina y el Caribe, donde la constitución de UNASUR y CELAC permitió alcanzar una sola voz en muchas cuestiones significativas y un peso creciente en los organismos internacionales. Uno de los frutos de esa nueva situación es la firme actitud de Dilma de posponer la aceptación de la invitación de Obama ante la ausencia de una investigación seria y un compromiso de no repetir el espionaje ilegal. Su posición, que ha levantado el ánimo de todo el continente, confirma la existencia de un proceso de formación de un mundo multipolar.

La desaparición de un sistema global y el surgimiento de otro incluye amenazas significativas, y entre ellas que la nueva situación sea peor que la anterior. Algunos analistas internacionales están anunciando un caos mundial ante el retiro del “gendarme” global. Es posible. Pero también lo es que surja una nueva organización internacional más justa y una economía más humana. Por de pronto la vigilia universal de Francisco, bajo su afirmación "la guerra siempre marca el fracaso de la paz y siempre es una derrota para la humanidad", que movilizó a todas las iglesias del mundo y notorios y significativos ateos y a jefes de gobierno de las más variadas ideas políticas y económicas, es una fuerte señal. Francisco está construyendo un nuevo liderazgo mundial de carácter espiritual, que entiende e interpreta a los pueblos de todas las culturas y que comienza a ser fuente de orientación y sentido  para dirigentes políticos y sociales de todas las tendencias en todo el mundo. Esto es novedoso en la historia e implica un esfuerzo claramente perceptible de guía para la transformación del orden mundial. Baste imaginar que siquiera una pequeña parte de su ejemplo en la conducción de la Iglesia Católica sea seguido en las organizaciones internacionales, los estados, las corporaciones económicas, para sentir la cercanía de un mundo más equilibrado, de una humanidad de la que formen parte todos los hombres y mujeres del planeta sin excepciones.

También es una señal la petición de Putin a EEUU para que deje de considerarse “excepcional”, más allá de las propias fragilidades de Rusia en muchas de sus políticas.

Estos acontecimientos universales tienen una clave de interpretación y esa clave es América Latina. Tal vez sólo un sacerdote latinoamericano, producto del cristianismo de su pueblo y del pensamiento más joven de la historia podía afrontar con la sencillez, la frescura y la paz con que él lo hace una revolución de tan vastas proporciones.

La clave latinoamericana permite entender porque Dilma ha sido más clara y precisa que los dirigentes de otras naciones que protestaron por el espionaje: “las prácticas ilegales de intercepción de comunicaciones constituyen un hecho grave que atenta contra la soberanía nacional”. El próximo 24 de septiembre Dilma hablará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y seguramente todo el mundo estará atento a su mensaje.

Tal vez llegó el momento en que Obama inicie la transformación de EEUU y dé el ejemplo en materia de derechos humanos suscribiendo el Tratado de Roma, aceptando la jurisdicción de la Corte Penal Internacional y derogando la Ley de Protección del Personal de Servicio Estadounidense que prohíbe la asistencia a la Corte en cualquier aspecto y amenaza a los países que juzguen a norteamericanos por violación de los derechos humanos. Y enseguida invite a Rusia y China a hacer lo mismo.

También que introduzca por fin la reforma de su pernicioso sistema financiero, combata el comercio ilegal de armas y drogas desde su territorio, derribe el muro Sensembrenner y abra sus fronteras como reclamó Francisco desde la isla de los “sin papeles”, y combata la injusticia social en su nación, la más desigual del mundo como demuestra Joseph Stiglitz en su libro El precio de la desigualdad. También que apoye la Campaña contra el Hambre de la FAO y la acción en favor de un comercio internacional equitativo de la OMC que impulsan nuestros compatriotas José Graziano da Silva y Roberto Azevedo.


Francisco entre los ‘sin papeles’ en Lampedusa

En definitiva, que comience a creer que un mundo seguro es solamente posible con paz y justicia universales. Eso podría hacer posible un nuevo liderazgo de EEUU en el mundo, compartido con otras muchas naciones y organizaciones y sobre todo con los pueblos. Tal vez la clave latinoamericana del mundo contemporáneo anticipe que ha llegado, por fin, la hora de los pueblos.

2 comentarios:

¡Gracias por comentar en el Foro San Martín!
Nota: todos los mensajes ofensivos, discriminatorios y de spam serán eliminados.