En un homenaje sin precedentes y junto a las Universidades Nacionales de Lanús, Córdoba, La Plata, San Juan, San Martín, Tres de Febrero y la Flacso, realizado el 17 de mayo pasado, el Rector Arturo Somoza entregó el título de honor fundado en la infatigable labor de Lula por la integración latinoamericana –entre cuyos frutos están la fundación de UNASUR y CELAC- y su compromiso con la justicia social, la soberanía política y económica y la profundización de la democracia en América
Humberto Podetti (Foro San Martín)
Lula muestra el Diploma que acaba de entregarle el Rector de la UNCuyo, Ing. Agr. Arturo Somoza |
En la ceremonia, el Rector Arturo Somoza expresó a Luiz Ignacio ‘Lula’ Da Silva el reconocimiento de la Universidad por su decisivo liderazgo de la actual etapa histórica de América Latina y su compromiso con los pueblos. También le transmitió los fundamentos que el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo consideró para otorgarle el doctorado, entre los que sobresalen el carácter relevante de sus acciones en el proceso de integración latinoamericana, su decisiva lucha contra el hambre, la pobreza y la exclusión en Brasil y en América del Sur y su compromiso con la educación, manifestado en la triplicación del presupuesto educativo, la fuerte promoción de la naturaleza inclusiva de la educación, el decidido impulso a la educación superior con la creación de nuevas universidades y la promoción de la investigación y la interacción académica en América del Sur.
El Rector regaló luego a Lula vinos producidos por la Universidad Nacional de Cuyo, un libro publicado por la Editorial de la Universidad en Homenaje al General San Martín y por último, por pedido de la Comisión Perón de la Biblioteca del Congreso de la Nación, una edición especial del libro Conducción Política del General Perón.
Lula agradeció las distinciones recibidas, mencionando particularmente el compromiso de la Universidad Nacional de Cuyo con el proceso de integración continental, la educación superior en América y su trabajo para hacer posibles los programas de movilidad estudiantil y docente.
En su discurso abordó tres cuestiones centrales: En primer lugar, la promoción del desarrollo a partir de la inclusión, la eliminación de la pobreza y el ascenso social, contradiciendo la afirmación que para distribuir primero hay que crear riqueza. En segundo lugar, la trascendencia de la educación para la inclusión y la realización de todas las personas. En tercer lugar, lo que hará posible realizar las dos primeras: la integración sudamericana y latinoamericana como únicos caminos para alcanzar el pleno desarrollo humano, social, económico y político de nuestros pueblos.
La inclusión social y la eliminación de la pobreza son las herramientas esenciales del desarrollo sustentable. “Ni bien llegado al gobierno –afirmó Lula- verifiqué que podíamos aumentar los salarios sin aumentar la inflación, que podíamos derrotar el hambre y lograr el ascenso social de muchos millones de personas y que eso contribuía directamente al crecimiento de Brasil. Nunca ocurrió que primero se creara la riqueza y luego se la distribuyera. La creación de la riqueza comienza con la distribución justa de lo que hay. El esfuerzo fue de todos y por eso este reconocimiento que me otorgan no es a mi persona, sino a todos los brasileños que hicieron un esfuerzo para posicionar al país, por lo que los diplomas son un reconocimiento al pueblo brasileño”.
En cuanto a la educación, reiteró que la educación nunca puede ser considerada como gasto, sino como inversión. Destacó las medidas para facilitar el acceso a la educación y la creación de nuevas universidades como instrumentos de inclusión y realización de las personas. Destacó también la necesidad y la urgencia de coordinar el esfuerzo educativo como parte substancial del proceso de integración continental.
La mayor parte de su discurso estuvo referido a la trascendencia del proceso de unificación de América Latina, señalando que es urgente "consolidar la verdadera integración de América latina", atendiendo a todos sus aspectos, humanos, sociales, culturales, educativos, siendo la integración económica una parte de ese proceso.
Señaló luego el papel clave de Argentina y Brasil, destacando que "rezo todas las noches para que Cristina y Dilma piensen en grande y se lleven bien, lo que es decisivo para la integración de América del Sur”. Agregó que Brasil y Argentina deben actuar unidos en el G-20, lo que permitirá acrecentar la influencia de América del Sur en ese foro internacional.
Recordó a su amigo Néstor Kirchner, tras destacar que con él "delinearon parte de este proceso que está permitiendo una América Latina unida gracias a la obstinación de Kirchner”, con quien pidió compartir el reconocimiento que se le otorgaba.
Por último, destacó que el camino es consolidar definitivamente la integración, "superando las barreras que nos separan y construyendo los puentes que nos unen" para lo cual serán invalorables las herramientas que pueden suministrar las "universidades comprometidas con la unidad regional".
Realmente la vida de este hombre es increíble.
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