2 de julio de 2013

l’Osservatore Romano publicó el Prólogo del Cardenal Bergoglio al libro de Amelia Podetti

En el proceso de preparación de las Jornadas Mundiales de la Juventud a celebrarse en Brasil del 22 al 28 de julio próximos, l’Osservatore Romano, publicó el Prólogo del Cardenal Bergoglio al libro de Amelia Podetti Comentario a la Introducción a la Fenomenología del Espíritu.
El texto refiere el tránsito de una Iglesia católica eurocéntrica a una Iglesia católica americocéntrica, cuya religiosidad popular será seguramente un valioso instrumento para el surgimiento de un sistema multipolar, superador del capitalismo global que ha llevado al mundo a convertirse en la sociedad de la catástrofe humanitaria crónica.

L'OSSERVATORE ROMANO

Città del Vaticano, 1 luglio 2013.


Così nel 2006 l’arcivescovo di Buenos Aires rifletteva su un libro di Amelia Podetti
Bergoglio, Hegel  e l’America Latina
Amelia Podetti è una figura di rilievo nel panorama culturale argentino degli ultimi cinquant’anni. Filosofa, ha insegnato all’università di Buenos Aires, ma anche nell’università nazionale di La Plata e in quella del Salvador. È in quest’ultima che la sua strada accademica si è incrociata con quella di Bergoglio tra il 1970 e il 1979, quando questi era provinciale dei gesuiti e cancelliere della stessa università. Amelia Podetti ha anche dettato corsi nel Colegio Máximo di San Miguel, anch’esso appartenente ai gesuiti, dunque sotto la responsabilità diretta di Bergoglio. Nel 2006 il cardinale Bergoglio scrisse un testo — pubblicato integralmente in traduzione italiana nel sito Terre d’America di Alver Metalli — che uscì nel novembre del 2007 a prologo delComentario a la Introducción a la Fenomenología del Espíritu scritto da Amelia Podetti e pubblicato dalla casa editrice argentina Biblos.
29 giugno 2013

Versión en castellano

Amelia Podetti  es una figura relevante en el panorama cultural argentino de los últimos cincuenta años. Filosofa, enseñó en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad del Salvador. En esta última Universidad su camino académico se cruzó con el de Bergoglio entre 1970 y 1979, cuando él era Provincial de los Jesuitas y Canciller de dicha Universidad. Amelia Podetti también dictó cursos en el Colegio Máximo de San Miguel, perteneciente a los jesuitas y bajo la responsabilidad directa de Bergoglio. En 2006 el Cardenal Bergoglio escribió el Prólogo al libro de Amelia Podetti Comentario a la Introducción a la Fenomenología del Espíritu, publicado en noviembre de 2007 por la editora argentina Biblos -publicado en italiano en el sitio web de la Terre d'América de Alver Methali-.

Prólogo

Acepté con gusto la solicitud de los hermanos de Amelia Podetti de escribir unas palabras a manera de prólogo sobre este trabajo. He tenido y tengo muy presentes sus enseñanzas, que hicieron una contribución importante a la reflexión y autoconciencia del país en un momento singular de su historia, en las décadas de 1960 y 1970. Aunque su prematura muerte nos privó seguramente de una mayor fructificación de su pensamiento, su trabajo en la cátedra universitaria, sus artículos, su participación en los ricos debates de la Argentina de esos años, alcanzaron para dejar sentadas ideas y rumbos de investigación que siguen teniendo una tremenda actualidad.
En un momento en el que América Latina requiere justamente de una autoconciencia renovada, que sea capaz de asumir más íntegramente su propia condición, sus particulares necesidades, para sólo desde allí producir sus nuevas y propias respuestas históricas, creo sumamente oportuno recuperar el esfuerzo de nuestros pensadores, nuestros filósofos, del mismo modo en que lo hemos venido haciendo, desde hace algunas décadas, con nuestros escritores y poetas. Quiero decir, así como dimos un gran salto en la valoración de nuestras letras, en parte impulsados desde el exterior –el famoso “boom” de la literatura latinoamericana- tenemos pendiente un salto similar en relación con nuestra producción filosófica.
Sería por otra parte el mejor homenaje a personalidades que, como la de Amelia Podetti, hicieron un apostolado del empeño en pensar desde nuestra propia y singular realidad, no en función de escuelas o categorías adoptadas, sino a partir de nuestras propias necesidades, como Juan Bautista Alberdi ya nos planteara, cuando se cerraba el momento augural de la Independencia, en la década de 1830.
Un buen ejemplo de esa actitud es este trabajo, para el que asumió el desafío de ofrecer una nueva versión en castellano de un texto célebre, como lo es la “Introducción” a la Fenomenología del Espíritu. Célebre por el papel de esa obra en la historia de la Filosofía moderna y contemporánea, y célebre por su complejidad (la Introducción a la Fenomenología del Espíritu, ha dicho Martin Heidegger, osa realizar un salto “absoluto” al Absoluto…). Porque detrás de este particular empeño, como en el de sus traducciones de Edmund Husserl o Nicolai Hartmann, alentaba el programa de una cabal y creciente apropiación del pensamiento clásico, medieval y moderno, para que nuestro propio pensamiento pudiera desplegarse con vocación universal, no solo local.
Sería muy difícil hacer filosofía en el mundo contemporáneo salteándose a Hegel. Y Amelia Podetti formó parte de un momento del pensamiento argentino en el que se intentó un diálogo genuino con el filósofo alemán: allí descollaron sus maestros Carlos Astrada y Andrés Mercado Vera, pero hubo otros también importantes. Entiendo que un diálogo es genuino cuando las preguntas son auténticas; es decir, propias, no adoptadas; cuando nacen de una reflexión surgida de los problemas, desafíos, inquietudes y esperanzas de una comunidad determinada. Los grandes problemas humanos son, por cierto, universales, y en cierto modo intemporales; pero en la conciencia del filósofo corren el riesgo de desvanecerse en formulaciones vacías, abstractas, si no pasan por el tamiz de la pura y dura realidad. Y la realidad es siempre encarnada, particular, concreta. No puede haber acceso a la universalidad sin asumir, plena e íntegramente, la encarnación. 
Entre los rasgos bien conocidos de los hábitos docentes de Amelia Podetti estuvo su apego a los clásicos filosóficos y su poco interés por los comentaristas. No porque no creyera en la utilidad de los comentaristas, sino por su tenaz vocación de responder a la exigencia de establecer nuestro propio diálogo con la tradición filosófica. Hoy podríamos decir: ella forma parte de quienes han contribuido a construir nuestra propia tradición en la exégesis y comentarios de la Filosofía clásica, medieval y moderna. Y naturalmente una parte significativa de ese diálogo genuino con la tradición filosófica era y es la labor de producir buenas y técnicamente consistentes versiones castellanas de esos clásicos.
El texto que se edita hoy por primera vez bajo la forma de libro tuvo uso interno, por varios años, en cursos sobre Historia de la Filosofía Moderna e Historia de la Filosofía Contemporánea de los que Amelia Podetti participaba como docente. Quiso el destino que también lo propusiera como material de trabajo en uno de sus últimos cursos, en 1978, justamente de Filosofía de la Historia. Ese curso estuvo, ratificando la idea de la necesidad de hacer nuestra propia revisión de la historia de Occidente, centrado en San Agustín y Hegel. Algo así como las dos “puntas” de la Filosofía de la Historia en Occidente. 
Y precisamente por ello, es también en ese momento que empieza a expresar su idea de la irrupción de América en la historia como el hecho fundamental de la modernidad, al dar lugar al surgimiento de la historia universal. Y si bien el concepto de “historia universal” fue ampliamente usado ya por Hegel, la formulación de Amelia Podetti toma distancia del filósofo alemán, así como de otras visiones europeas de la Historia, en las que pareciera que el hecho de la “planetarización”, como ella dice, no termina de ser asumido en todas sus consecuencias, históricas y filosóficas.
Reitero entonces mi convicción acerca de la tan propicia oportunidad en que reaparece este trabajo de Amelia Podetti, frente a la multitud de signos que en nuestro presente ratifican la perennidad del objetivo y la esperanza de una América Latina unida y solidaria, caminando en pos de su más plena expresión cultural y civilizatoria, para ejercer sus responsabilidades históricas en plenitud, para sí misma y para el mundo.
Espero que esta relectura y diálogo con un clásico de la Historia de la Filosofía, llevados a cabo desde esta orilla lejana del Occidente, siga dando frutos en nuestras Universidades y en todos los ámbitos en los que debe reafirmarse nuestra fuerte vocación por el dominio de la Filosofía. Somos por cierto herederos de una magnífica tradición al respecto, desde el momento augural en que personalidades como Alonso de Veracruz o Vasco de Quiroga en México, o José de Acosta en el Perú, se animaron a pensar a América desde América y como americanos.

                                                                               Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.
                                                                                   Arzobispo de Buenos Aires

  Amelia Podetti (1928/1979) se graduó en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ejerció la docencia en la misma universidad en las Facultades de Filosofía y Letras, Derecho y Arquitectura, así como en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad del Salvador. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de París (1961-1962). Es autora de varias publicaciones  relacionadas con su especialidad.
Integró e impulsó grupos de investigación sobre Historia de la Filosofía Moderna y Pensamiento Argentino en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, así como en las Cátedras Nacionales en los años 70.
Su Comentario a la Introducción a la Fenomenología del Espíritu –que incluye su traducción del texto de Hegel- fue realizada entre 1964 y 1966 en el contexto de su labor docente  y de investigación de la Universidad de Buenos Aires. Su interés por la filosofía moderna fue parte de la renovación de los estudios hegelianos en la Argentina, iniciada y continuada por sus maestros, Carlos Astrada y Andrés Mercado Vera. Volcó en su vocación docente y de investigación un profundo compromiso con la realidad argentina y latinoamericana, que arraigó largamente en amigos y discípulos.

1 comentario:

  1. En estos tiempos del nuevo siglo , vemos renacer,pese a algunas coyunturas, al Movimiento Nacional, el cual sus integrantes que fueron dejando identidad, apego a nuestras enseñanzas, hoy ese camino se ensancha, el camino hacia en el continentalismo, por ello nos parece importante las reedicciones de estas obras como de la Compañera Amelia Podetti.. Fernando Roldan ( Tucuman )

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