Los que estamos comprometidos
con el ideal, y el proceso en curso, de la unidad de nuestra América, a menudo
debemos confrontar el cuestionamiento, no de los que se oponen – pocos lo hacen
abiertamente – sino de los que consideran que es algo que existe más en la
retórica de los discursos que en la realidad.
Y esto, a pesar que los hechos
políticos, diplomáticos, jurídicos, económicos – que tratamos de reflejar,
aunque sea en una pequeña parte, en nuestro blog y la página en Facebook – se
imponen con elocuencia. Este escepticismo casi inconsciente creemos que tiene
su origen, al menos en Argentina, en el mito del origen europeo de buena parte
de nuestra población – las grandes inmigraciones de fines del siglo XIX y
comienzos del XX - que, de algún modo, lo haría distinto del resto de la mayor
parte de Latinoamérica.
Es irónico, pero hay un proceso
demográfico en marcha que contribuirá a modificar este mito. Y, tal vez lo más
importante, es que – al contrario del lamentable espectáculo que ofrece en este
campo Europa - se desarrolla con la buena disposición del gobierno argentino y
con la fácil integración que admite nuestra sociedad.
Ya hace tres años Rogelio
Galliano, un amigo del Foro, publicaba en El blog de Abel, el siguiente texto
informativo http://abelfer.wordpress.com/2010/05/12/una-argentina-que-crece-desde-el-norte/
:
Entre
los factores permanentes del destino de un país el más determinante es la
población.
El
censo nacional argentino registra una población de 40 millones de habitantes. Se
estima que en la última década inmigraron a Argentina más de 2 millones de
personas originarias de países limítrofes (es decir, más del 5% de la población
total previa).
Cualquiera
que transite por “los archipiélagos suburbanos” podrá enriquecer los números
anteriores con infinidad de anécdotas y detalles característicos. No sólo en
los suburbios del Gran Buenos Aires sino en la totalidad de las capitales,
ciudades y pueblos importantes de cualquier provincia argentina. Y en muchos
casos comprobará que entre las comunidades de países limítrofes están los
grupos humanos que tienen mayor dinamismo y pujanza.
En agosto de 2009 fui testigo de una nutrida marcha de UOCRA, el
sindicato de los obreros de la construcción, en La Plata, la capital de la Provincia de Buenos
Aires. Iban a la gobernación a reclamar la continuidad del plan de obras
públicas luego de las elecciones de junio. La columna estaba encabezada por
cuatro abanderados, uno con la bandera argentina y tres con sendas banderas
bolivianas.
Por
momentos parece como si estuviéramos ante una “nueva inmigración” que recién
comienza y es comparable a la de fines del siglo XIX y principios del XX.
Un
hecho concreto
Entre
los años 2001 y 2005 la superficie cultivada bajo invernáculo dedicada a
la producción de lechuga creció el 624%, la de espinaca el 153% y la de acelga
pasó de 4 a
229 has. Todos estos incrementos en el cinturón hortícola del Gran Buenos Aires).
¿Cómo
se explica esta expansión?
En
buena medida se explica por la llegada de numerosos contingentes de inmigrantes
bolivianos que poco a poco han tomado la posta de los tradicionales
horticultores italianos y portugueses.
¿Cuál
es la secuencia jurídico-política reciente que ayuda a este fenómeno?
Año
2002: Libre residencia
El
marco legal que acelera la llegada de los inmigrantes limítrofes comienza con
los tratados firmados en 2002 por los países del MERCOSUR más Bolivia y Chile
para reconocer el derecho a la libre residencia y trabajo de los ciudadanos de
cada país firmante en cualquiera de los otros.
Año
2003: Ley de migraciones
Continúa
con la ley de migraciones nº 25.871 de fines de 2003 que reconoce el derecho a
residir y trabajar libremente a los ciudadanos de los países limítrofes.
Año
2006: Plan Patria Grande
En
el año 2006 el gobierno nacional puso en marcha el Plan Patria Grande con el fin
de conceder la residencia a los inmigrantes provenientes de países fronterizos
más Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, que estuvieran residiendo en Argentina
en condición irregular. Entre 2006 y 2008 se extendieron más de 700 mil
documentos equivalentes a la mitad de los inmigrantes del censo de población
2001. En la actualidad habitan en Argentina más de 2 millones de
inmigrantes registrados que, proporcionalmente, suman el 5,5 % de la población
total actual. El gobierno boliviano estima que incluyendo a los residentes
todavía no regularizados son dos millones sus connacionales que habitan hoy en
Argentina.
Los
inmigrantes que provienen de
países limítrofes (aprox. 60%
del total de inmigrantes residentes en Argentina) se reparten según las
siguientes proporciones:
Paraguayos
21,22%
Bolivianos
15,24%
Chilenos
13,87%
Uruguayos
7,67%
Brasileños
2,27%
Habida
cuenta que hace poco menos de cien años el censo de población de 1914 registró
un total de 7.903.662 habitantes y que las estimaciones previas al próximo
censo de población 2010 – que se realizará en octubre próximo – esperan unos 40.000.000
de habitantes, no hay dudas que en el plano demográfico y de políticas de
población también se observan signos de vitalidad nacional.
La
hospitalidad como estrategia de integración sudamericana
Al poner
atención en el tema se ve con claridad que una forma efectiva – antes que
retórica – de concretar la “integración sudamericana” es con la práctica
efectiva de la hospitalidad. En la primera década del milenio la comunidad
nacional argentina acogió en su seno más de 1 millón de inmigrantes regulares y
con plenos derechos de residencia y trabajo.
Foro San Martín.