A los 104 años nos dejó un
creador emblemático de la arquitectura latinoamericana, heredero insigne del
barroco americano, que asoció funcionalidad, belleza, naturaleza y humanismo de
modo indisoluble
Humberto Podetti (FSM)
Oscar Niemeyer |
La arquitectura latinoamericana tuvo desde sus
orígenes características originales y apasionadas. Por nacer en la emergencia
de una cultura nueva, fruto del mestizaje de muchas culturas, y sostenida por
intensos debates acerca del sentido de la vida humana, de la armonía entre el
hombre y su naturaleza, de la ética y la justicia, nació como arquitectura
comprometida.
El barroco
americano, esencialmente mestizo, fue uno de sus frutos característicos,
que reunió destino y funcionalidad de la obra, mimetización con los espacios y
la naturaleza y exaltación de la belleza, reivindicada como conexión del alma
con lo superior, como escala de ascenso y descenso a Dios o al supramundo.
En su largo camino hacia el presente, la
arquitectura latinoamericana dejó hitos definitivamente perdurables como la
creación de la arquitectura hospitalaria por Ramón Carrillo, que reunió estilos
criollos -con antiguos rasgos quechuas y castellanos-, funcionalidad y técnica
de última generación para convertir los hospitales en hogares de salud para
todos.
Oscar Niemeyer, discípulo y maestro
simultáneamente, como Carrillo, de Le Corbusier, vivió algo más de un siglo y
llenó simultáneamente un siglo con sus obras. La Casa Amaro (que fue su chofer)
en la favela Vidigal, la Catedral de Brasilia o el Proyecto de la Catedral
Cristo Rey de Belo Horizonte, los Palacios de Planalto, de la Alvorada y de
Itamaraty (Brasilia), el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi (Río de
Janerio), la sede Naciones Unidas (Nueva York) o la Universidad Houari
Bumediene (Argel) son maravillosas obras que reúnen la sensibilidad hacia la
naturaleza, el compromiso político y estético y un asombroso y elocuente manejo
de las curvas y los espacios, inspirado en las formas del hombre y sobre todo
de la mujer. Y también en todas las formas de la naturaleza. En sus obras ha
quedado para siempre una parte substancial del universo creativo del pasado y
del futuro de la arquitectura latinoamericana y universal.
Comunista heterodoxo, fue capaz de diseñar y
construir Catedrales e Iglesias comparables a las Catedrales góticas o a la
Sagrada Familia de Gaudí, que inspiran una profunda espiritualidad, siempre
guiado por su compromiso con los pobres, los desheredados, los condenados de la
tierra, como él expresaba cuando hablaba de su arquitectura.
Amigo de Lula, de Fidel Castro, de Hugo Chávez,
creador infatigable, revolucionario insobornable, brasileño y latinoamericano
hasta la médula, Oscar Niemeyer continuará en los siglos venideros revelándonos
secretos de nuestra identidad cultural, de nuestra irreductible voluntad de
justicia social, solidaridad y compromiso humanista, es decir, del sentido más
profundo de ser latinoamericanos.
Interior catedral Brasilia |
Catedral de Brasilia |
Plaza de los Tres Poderes |
Le Volcan |
Auditorio Niemeyer-Ravello |
Museo de Arte Contemporáneo de Río de Janeiro. |
Parque de la ciudad Don Nivaldo Monte-Natal |
FSM.
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