El
profesor Khatchik Derghougassian tiene un PhD. en Relaciones Internacionales,
es especialista en seguridad internacional y ejerce la docencia en la
prestigiosa Universidad de San Andrés, en Buenos Aires, Argentina. Su
pensamiento acompañaba en una columna de opinión la nota del diario La Nación Los hispanos ya comienzan a hacer valer su voto por Obama que subimos en su oportunidad en nuestra página de Facebook.
Nos parece
interesante acercar su enfoque de uno de los hechos que van a influir en el
futuro de nuestros pueblos.
Mural de Diego Rivero |
Una
buena continuidad para América latina
Khatchik
Der Ghougassian
Según coinciden casi todos los analistas, los latinos
votaron masivamente a Barack Obama.
El respaldo de los hispanos a Obama se explica,
recuperación económica y éxito relativo de la reforma de salud lanzada por el
presidente mediante, por su mayor sensibilidad en los temas de inmigración
frente a un Mitt Romney más afín al Tea
Party. Pero el voto latino y América latina en la agenda de Washington no
son vinculantes en la forma en que lo son, por ejemplo, el voto de la comunidad
judía o armenia y su compromiso con sus tierras de origen e historia.
Del récord de miles de millones de dólares gastados en
esta campaña por parte de los dos candidatos, pocos centavos se dedicaron para
incluir el sur del Río Bravo en los discursos. No se trata de la irrelevancia
de América latina para Estados Unidos. Los candidatos tampoco se preocuparon en
tomar posturas respecto de la Unión Europea; y, cuando hablaron de la política
exterior, se expresaron sobre el peso que progresivamente China tiene en el
mundo, la situación en Medio Oriente y el terrorismo.
Es que tanto la UE como América latina han encontrado
la forma de definir y construir sus respectivos proyectos sin verse, o querer
verse, condicionadas de una forma u otra por Estados Unidos; la UE desde el fin
de la Guerra Fría, y América latina -o quizá se debe precisar, América del Sur-
en esta última década.
No se sabe si a Obama le gustó Las venas abiertas de América l atina, libro que le regaló Chávez
en la primera cumbre del presidente norteamericano con sus pares
latinoamericanos en 2009; pero la región no ha sido un tema en su primer
mandato. Los aspectos que caracterizaban la política de Washington siguieron su
curso por inercia más que por diseño.
Si el cambio de estas actitudes era lo que esperaban
los sudamericanos del primer Obama, entonces la decepción es obvia.
Sin embargo, la otra forma de mirar a la actitud más
bien pasiva de Obama hacia América latina es rescatar la virtud de su
abstención en intervenir más enérgicamente en temas que en el pasado
envenenaron las relaciones entre el norte y el sur del Hemisferio Occidental.
Descartando la negativamente confusa postura en el
golpe en Honduras, la administración de Obama, por ejemplo, no objetó el
proceso de paz en Colombia tan distinto del anterior Plan Colombia, que terminó
patrocinando y condicionando, y ni hablar del intento de George W. Bush de
instalar en la agenda latinoamericana la guerra contra el terrorismo gracias a
la predisposición de Álvaro Uribe...
Aún en el tema de las drogas, Obama no intentó abortar
el proceso de cambio a la política prohibicionista que los latinoamericanos alientan
aun cuando no podría públicamente estar de acuerdo.
Estos escasos ejemplos no auguran aún una nueva era en
las relaciones entre Estados Unidos y América latina en el segundo mandato de
Obama. Pero dicen mucho acerca de la oportunidad que en este segundo mandato de
Obama se les continúa dando a los latinoamericanos de seguir construyendo sus
proyectos con sabiduría y asumir la total responsabilidad tanto por su éxito
como por su fracaso.
La continuidad de Obama en la Casa Blanca es buena para
América latina. Sería mejor, por supuesto, si el segundo Obama muestra
sensibilidad al mensaje del libro de Galeano que, probablemente, Romney ni
siquiera hubiera aceptado como regalo.
FSM.
Creo que Goughassian equivoca en la comprensión de lo que está pasando en el mundo: la erosión de la hegemonía de EEUU, el tránsito hacia un mundo multipolar y un cambio en la naturaleza de la globalización. Y también en las causas de lo que está ocurriendo, entre ellas el agotamiento del sistema nacido en las postrimerías de la segunda guerra y que llegó a su culminación en los 90 y la actual y extendida rebelión popular global.
ResponderEliminarEn la ultima década del Siglo XX, cuando EEUU creyó que había derrotado al comunismo y que habia llegado el fin de la historia, en realidad se iniciaba el fin de ese sistema, simultáneamente con un periodo de movilizaciones populares, entre ellas la que dio por tierra con el comunismo, inaugurado por Solidaridad en Polonia.
Durante ese período, como señalaba Methol Ferré, ocurrieron algunas distracciones de EEUU, como la que dio lugar a la fundación de la Comunidad Andina de Naciones y el MERCOSUR, pero la situación ha cambiado radicalmente desde entonces. Por ello tampoco pueden explicarse juntas la actitud de EEUU frente a la Unión Europea y frente a la CELAC y UNASUR.
Estamos viviendo un cambio en el sistema de poder en el mundo, que recién se insinúa pero que ya es perceptible. La UE es hoy el escenario de la agonía del estado socio del mercado global, con chances de terminar nuevamente en la violencia. Aunque tal vez la Conferencia de Asís que reúne a las grandes religiones monoteistas pueda arrojar alguna luz, como ya lo ha hecho al repudiar el reciente fallo de la Corte de Colonia (Alemania) prohibiendo la circuncisión, que fue calificado por las comunidades judías, musulmanas y católicas reunidas como el reinicio del horror. O tal vez también el espítirtu de los pueblos, expresado en las movilizaciones griegas, italianas, portuguesas, españolas...
Muy por el contrario, la CELAC y UNASUR encarnan un nuevo proyecto de poder, cada vez más vital y cada vez más independiente. Creo que no hay desinterés ni distracción por parte de EEUU, sino resignación. Y una doble política: apoyar el derrocamiento del Presidente de UNASUR cada tanto (casos de Correo y Lugo), la Alianza del Pacífico o los TLC, pero paralalemente designar embajadores hispanos en América Latina, lo que tiene que ver con el futuro y la lenta admisión de que con este lado del mundo en algún momento deberá construir una relación de iguales.
Lo que está en discusión en el mundo es el poder y la naturaleza de la globalización, con nuevos e importantes actores como China, India, Rusia, Africa y América Latina. Los latinoamericanos y caribeños hemos logrado constituirnos en una parte de ese debate, a partir de nosotros mismos. Europa podrá o no participar en la discusión según el modo en que resuelva su crisis contemporánea. EEUU lo hará rechazando el retorno al pasado -que por otra parte es imposible- como lo ha hecho en las recientes elecciones. Pero también deberá elaborar un nuevo proyecto común del que deben ser una parte vital los hispanos y su cultura - incluida la Guadalupana, Orozco, Siqueiros, Rulfo y Villa... y el castellano.
Un abrazo.
Humberto Podetti.(FSM)