3 de septiembre de 2012

CÁNDIDO PORTINARI.



El descubrimiento de Brasil
Este mural está en la Sala Hispánica de Lectura de la Biblioteca del Congreso de EEUU. Portinari no pinta a Cabral ni a sus capitanes. Pinta a los marineros que llegan a las costas de Brasil e iniciarán el mestizaje. Curiosamente el centro de la escena lo ocupa un marinero que ya es un mestizo y tiene enormes pies, como los que describió Portinari de los trabajadores de las plantaciones de café.
Portinari es uno de los más grandes pintores brasileños. Nació en una plantación y desde chico conoció y admiró a los trabajadores y se rebeló contra la explotación que sufrían. Recorrió el mundo, estudiándolo y estudiando las pinturas y los pintores que lo expresaban. Cuando regresó a Brasil ya había elegido el sentido de su vida: pintar a su pueblo y en la realización de ese proyecto creó una pintura esencialmente suramericana que combinó la rebelión social y la rebelión estética con la transculturación y el mestizaje, como decía Gilberto Freyre. En esta dirección entronca naturalmente con el barroco americano y lo continúa en nuestros días. Es decir que es una explosión de nuestra cultura, la cultura del humanismo popular. Fue esencialmente un muralista, aunque también pintó maravillosamente en el caballete. Varios de sus murales fueron hechos por encargo de Getulio Vargas. Militó en el Partido Comunista brasileño y fue amigo de muchos de los pintores argentinos que fueron sus contemporáneos. Amaba Buenos Aires, ciudad a la que sentía como su segundo hogar. En una de sus exposiciones en Buenos Aires conoció a Nicolás Guillén, quien se hizo muy amigo y le dedicó el Son para Portinari.

 
Son Para Portinari. de Nicolás Guillén (fue cantado por Mercedes Sosa con música de Horacio Salinas).


FSM.
 

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