Figari, Pelando la pava (1925). |
El entrañable uruguayo Methol Ferré decía en sus conferencias en Buenos Aires “Yo soy un argentino oriental; ustedes son argentinos occidentales”. En el Foro San Martín nos acordábamos de eso cuando leíamos este reportaje a Don José Mujica, Presidente en la República Oriental del Uruguay y patriarca en la América del Sur. Aquí les acercamos las partes que tienen que ver con la relación entre nuestras patrias, partes de la Patria Grande
-¿La clase media uruguaya es la misma que en Argentina cacerolea contra Cristina Fernández?
-No,
yo creo que Argentina es mucho más estratificada. Nosotros somos un país
bastante integrado y muy republicano. No soy yo que soy un presidente distinto.
La historia de Uruguay está llena de presidentes que no encajan con lo que hay
ahí afuera. El viejo Luis Batlle salía con un perro de ahí, de Camino de las
Tropas, iba hasta el estadio de Cerro caminando con el perro. No tenía nada de
presidente de mármol ni nada por el estilo. Eso vino con Pacheco, qué sé yo.
-En Argentina, Arturo Jauretche hablaba peyorativamente de las clases medias, a las que definía como los “medio pelo”. ¿Hay alguna expresión de eso en Uruguay?
-Uruguay
tuvo un patriciado, gente muy comprometida con la acción política, pero
abierto, se renovaba. Hay apellidos en nuestra vida política que se repiten.
Pero al lado de ellos vino gente de todos los estamentos. En Argentina es mucho
más cerrado hasta la irrupción del peronismo, que es una especie de catarsis. En
la política argentina hay un intento homólogo a lo que fue don Pepe Batlle acá,
que es el fundador del radicalismo, Irigoyen, una figura emblemática. No pudo
concretar lo que Batlle concretó acá. La Argentina golpista y más reaccionaria
le puso el freno. Después su partido se transformó en un partido conservador
cuando vino la avalancha nacionalista y peronista. La guerra hizo que una parte
considerable de la izquierda argentina se ubicara mal, y ello explica el
estancamiento que tuvo, que el pueblo argentino le cobró durante muchísimo
tiempo. Ser zurdo en Argentina era igual a ser traidor, una cosa espantosa.
Entonces la izquierda no pudo operar dentro de esa gigantesca columna popular.
Eso le hizo mal al peronismo, porque floreció cualquier cosa; ser peronista da
para cualquiera. Y es un peso que tiene Argentina.
-La izquierda uruguaya parece no entender el peronismo. ¿Esa incomprensión la ha notado en los conflictos de los últimos años con Argentina?
-Uruguay
es un país medio esquizofrénico: les chupa la sangre a los argentinos y después
los escupe. Una vez vino la selección argentina a Uruguay para clasificarnos. Y
no fue un arreglo por plata, fue un tácito arreglo entre los jugadores, fue un
gesto de simpatía, de tal manera que Uruguay se pudiera clasificar. Después
juega la selección argentina y nosotros somos hinchas de Alemania. Que la
Argentina tiene sus problemas, sí, pero nosotros confundimos Barrio Norte y una
parte de Buenos Aires, que nos da en el forro, con Argentina. Argentina es un
continente. Yo he sentido esa reacción de forma permanente. De un Herrerismo
que de herrerismo tiene el nombre, porque dejó por el camino lo mejor de
Herrera y se quedó con lo peor, con el Herrera conservador, y al
antiimperialista lo enterró. Y de un Partido Colorado que está permanentemente
en la chiquita. Desde luego que las políticas que está llevando Argentina
adelante son enormemente proteccionistas y nos crean problemas por acá y por
allá. Ahora, ¿qué hacemos? ¿Rompemos relaciones, declaramos la guerra? Dicen que
hay que ponerse más firmes. ¿Qué es “ponerse más firmes”? Lo que buscamos son
soluciones para los problemas que tiene nuestra gente, y tenemos una diferencia
de táctica enorme. Es como si la política internacional fuera una cuestión de
guapos. Creo que uno tiene que luchar por el interés concreto de la gente
concreta.
-Teniendo en cuenta la relación que usted tiene con Cristina Fernández, ¿cómo aborda con ella las dificultades en la relación bilateral?
-Cuando
tengo que discutir soy muy duro. La reunión acá en el Parque Hotel [se refiere
a la cumbre de presidentes del Mercosur] fue dramática. El último regalito que
le hice a Cristina fue el libro de Pablo Blanco Acevedo [El gobierno colonial
en Uruguay y los orígenes de la nacionalidad], que habla de la lucha de
puertos, como para decirle: ‘mirá que esto que pasa es la historia de
Montevideo’. Pero tengo que mantener la puerta abierta a una actitud
constructiva y de diálogo, porque consigo más.
-¿Se está manejando crear una empresa binacional para el dragado del canal Martín García?
-Es
una propuesta de Uruguay para salir de los líos. Tener una empresa que sea de
los dos Estados, y a ésa le encargamos que drague. Toda la vida vamos a tener
que dragar, porque el río rellena, y cada dragado sale un ojo de la cara. Me
puse a averiguar qué pasaba con las dragas en Uruguay; con todos los defectos
que tiene la administración pública y con todo el sebo que hacen, nos salen
mucho más baratas las dragas del puerto que tener que contratar una empresa.
-¿No será complicado ponerse de acuerdo, teniendo en cuenta las dificultades que ha habido?
-Pero
si hacemos una empresa pública en el derecho privado y colocamos algunos buenos
técnicos... Podemos tener el mecanismo de que ellos puedan contratar a otras
empresas. Y salimos del lío. Cada vez que hay una licitación grande, en la que
se juega mucha guita, se arma lío, porque las empresas luchan y se muerden,
luchan en el campo jurídico para impugnar, y estamos expuestos a eso.
-El traslado a la Embajada de España del presidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), Francisco Bustillo, se vio desde Argentina como una posibilidad de destrancar las negociaciones por el dragado. ¿Se tuvo en cuenta este factor?
-Hay
un montón de cosas que no se van a arreglar, que son legales pero que no tienen
nada de bonito, y que vienen de 20 años atrás. Me refiero al tráfico de los
autos y todo ese tipo de cosas. Me parece que seguir revolviendo eso es no
arreglar nada, porque eso no tiene arreglo porque es legal, está laudado y está
enterrado. Ahora, puede servir para mucho bochinche nomás, y para joder a gente
que anda por ahí. Entonces, nosotros consideramos que es mejor enterrar ese
asunto, porque no está en manos de los poderes políticos y ya está laudado por
la Justicia.
-¿Qué expectativa tiene de las elecciones en Venezuela?
-Mi
expectativa es que Chávez viva, que esté fuerte y que vaya para adelante, y
creo que va a ganar.
-¿Qué puede pasar en una Venezuela sin Chávez?
-Es muy complicado.
Es una de las causas por las cuales yo me incliné por que entrara Venezuela al
Mercosur ahora. Es una manera de que Brasil esté comprometido en la lucha
diplomática si Venezuela se llegara a inestabilizar un día. ¿Me van a decir que
es exagerado? Después de ver que a todos los países petroleros se la dieron, no
es exagerado.
FSM
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ResponderEliminarExcelente. El Pepe tiene una claridad que te deja de cama.
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